MARIA LAVALLE
DE IGUAL A IGUAL
FACTORÍA AUTOR
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“De igual a igual” es el cuarto disco de María Lavalle. ¿Y qué es lo que pone “de igual a igual”? Digamos que algo así como a la banda sonora de su vida. ¿Por qué? Porque María nació en Argentina y como buena hija de diplomático su destino estaba marcado; tenía que viajar y aprender varios idiomas. Vivió en Portugal, Francia, España y también en Holanda, de modo nunca sintió ajeno ni el tango, ni el fado ni el flamenco. Tampoco le resultó complicado la pulir dicción para entonar las canciones que hoy forman este parte de este disco, en el que por supuesto dice presente la chanson francesa. No prioriza estilos, simplemente los ubica a todos, “de igual a igual”.
Este último material cuenta con la participación del maestro Osvaldo Berlinghieri, que sería al piano tanguero, lo que Paco de Lucía a la guitarra española, ¿todo dicho? No. Osvaldo además de autor, director y compositor, fue el pianista de Aníbal Troilo y el director del espectáculo “Tango Argentino”, considerado por la crítica internacional como el espectáculo más importante de la historia del tango. Su currículo vitae, marea, lo ideal es escucharlo en “Tiempo imaginado”, el cuarto track, y ya sacarás tus propias conclusiones.
María por su parte, cubre el costado español, con un ícono de la guitarra flamenca como es Rafael Andújar y el portugués, por los fadistas Luis Ribeiro y Lelo Nogueira, quienes durante casi 20 años acompañaron a la mítica Amalia Rodrigues. Ellos se lucen en “Variaçoes em re menor” haciendo trinar las violas.
Nada queda en el tintero, incluso María Lavalle se anima a ajustar cuentas con una de sus musas, Edith Piaf. Resulta que cuando a finales de los años cincuenta Edith presentaba “La Foule”, una de sus más famosas canciones, siempre recurría a su supuesto autor, Michel Rivegauche. “Pues no es así, es un error”, remarca en sus directos e incluso en el librito del cd. En realidad, “La Foule” es un pequeño vals argentino compuesto por Ángel Cabral. “De igual a igual”, sí, sin embargo, eso no significa que haya quitarle mérito a su compatriota. Lo justo es justo, ¿no?
María Eugenia Montenegro
Publicado en “Ritmos del mundo”, Barcelona, 2009.