Notas Reportajes por Mariu Montenegro

Diego El Cigala a puro tango

Diego El Cigala.
Barcelona. Teatro Liceu
26 de julio

Ya con los músicos sobre el escenario apareció Diego El Cigala, – algunos minutos más tarde de la hora programada- con un traje a rayas de lo más tanguero. Eligió “Garganta con arena”, el mismo tango que abre su último disco para dar comienzo a su concierto celebrado en el Gran Teatro Liceu de Barcelona. Que haya escogido ese tango y no otro, me hace pensar que El Cigala no deja nada librado al azar. Ese tango cuya letra pertenece a Cacho Castaña quizá no sea el más distinguido del género, pero sin dudas es el que mejor representa lo que el artista madrileño ha querido transmitir. Rinde por un lado un sentido homenaje a Roberto Goyeneche, uno de los mejores intérpretes que diera el estilo rioplatense, y por otro, supongo que cantando de ese tango ha encontrado la manera de reverenciar la música, la lírica y a los cantantes sea cual fuere su generación. No dejó nada en el tintero, cantó todos, absolutamente todos los temas que componen su último material, incluso hizo algunos otros tangos que probablemente tuvo ganas de incluir en el disco, pero vaya a saber uno por qué motivo los descartó si los hace de fábula. A medida que iba presentando orgulloso su “Cigala & Tango”, fueron desfilando sus músicos, entre ellos los argentinos Juanjo Domínguez en la guitarra y Néstor Marconi en el bandoneón, (invitados especialmente para que lo acompañen en su gira europea) quienes imprimieron su estilo personal con arreglos sutiles como en el caso de Marconi o con improvisaciones sabias, como las que aportó Domínguez a la velada.
El concierto estuvo, por decirlo de alguna manera, dividido en tres partes; la primera lógicamente fue tanguera al 100%. En la segunda se pudo ver a El Cigala moverse, nunca mejor dicho, como pez en el agua, porque lógicamente ésta parte estuvo dedicada al flamenco. En ésta, el cantaor se relajó por completo y el show dio un vuelco interesante. Ya con los nervios disueltos en el cante hondo, fue preparando el terreno que abriría paso a la última parte, la de los ritmos latinos. Interpretó “Dos gardenias” y “Se equivocó la paloma” entre otras, y a modo de mensaje subliminal su voz envuelta en un son repetía: “Gózalo, con cordura pero, gózalo” y a esas alturas ya no había forma de parar a esa orquesta infernal que lo respaldaba en el género que escogiera. A lo largo del concierto fueron alternando un contrabajo, un violín y un violoncello aunque podían alinearse si la canción lo requería. Guitarras; había dos (la de su fiel compañero Diego el Morao, y la de Juanjo Domínguez, el sesionista invitado). Por momentos las quejas del bandoneón de Marconi se elevaban hasta el cielo y además de un piano, sonaban un cajón y una percusión que se complementaban según conveniencia para provocar una suerte de hipnosis general.
El teatro no estaba a pleno, pero el afecto que El Cigala recibió por parte del público, que por cierto era de lo más heterogéneo, lo hizo volver varias veces a cosechar lo que sembró a lo largo las dos horas exactas que duró el concierto.


María Eugenia Montenegro
Publicado en B-Ritmos