Reportajes por Mariu Montenegro

Entrevista a Marcelo Mercadante

“Tachando Nostalgias”

Por: María Eugenia Montenegro

A través de su último trabajo discográfico que compuso junto a Gustavo Battaglia, el bandoneonísta argentino Marcelo Mercadante -radicado en Barcelona desde hace más de 15 años- se abre paso descartando los clichés asociados al tango “for export”, tachando nostalgias, y haciendo lo que sabe hacer: música.

Tachar Nostalgias…Así se titula tu último disco, ¿por qué han decidido llamarlo así?
“Tachar Nostalgias” es parte de una estrofa del único tema que tiene letra en el disco que es “Més que un crack”. No sabíamos que nombre ponerle y un día yo iba caminando por la calle, se me ocurrió, lo hablamos con “El Negro” (Gustavo Battaglia) y nos pareció un buen título fuera del contexto de la letra en sí, por varias cosas. En lo personal, cada cual con lo suyo; pero en lo colectivo, y como músicos de tango, nos parecía bien porque hace años que venimos intentando hacer “música nuestra”. La “música nuestra” como el tango y como músicos del Río de la Plata que somos, pero también la música que a nosotros se nos ocurre, por la que trabajamos día a día para seguir nutriendo el tango. Porque en Buenos Aires, por ejemplo, cuando vas a tocar a algún lugar, te dicen que debes tocar determinados temas. Y este “monopolio de pedidos”, termina siendo un “monopolio de trabajo”. Si no tocas éste tango, Caminito, por ejemplo, que es un tango fantástico -no tengo nada en contra de ese tango-, no hay manera de trabajar. Aquí, por suerte, hay lugares donde se puede mostrar la música propia. Porque una cosa es hacer música y grabarla y otra, es hacer la música y después poder mostrarla en vivo. Esto va más allá de nosotros, tiene que ver con la música en general y con el tango en particular. Decirle a un músico que debe tocar tales o cuales temas y de “determinada manera”, es terrible, no estoy de acuerdo. Y creo que ni Troilo ni Pugliese, que crearon esta tradición e inventaron ésta música estaban de acuerdo, de hecho Pugliese, hasta que se murió estrenaba un tango por concierto. A raíz de todo esto viene lo de “tachar nostalgias” de éste tango que se creó for export”.

¿Me cuentas un poco cómo fue el proceso de grabación?
“Con Battaglia venimos tocando hace unos 16 ó 17 años. Empezamos juntos con el Trío Argentino de Tango, con el que grabamos dos discos y luego hicimos cosas a dúo. Ésta sería la parte práctica. La otra parte fue debido a la crisis, porque solo convocaban a dos músicos y las circunstancias nos obligaron a tocar a dúo, y así fue que fuimos desarrollándonos juntos. Un día decidimos mostrarnos el material que tenía cada uno y finalmente todo lo que quedó grabado, es lo que había. No hubo una selección de temas”.
En este cd han participado grandes músicos de la escena local, entre ellos Horacio Fumero, Rodrigo Flores y Raynald Colom, ¿cómo surgieron esas participaciones?
“A medida que íbamos viendo los temas, nos dábamos cuenta cuáles eran las necesidades y pensábamos en qué deberíamos hacer para dejar el tema “más redondo”, porque una cosa es el vivo y otra el disco. En Sant Antoni, una balada mía, me dí cuenta que necesitaba una trompeta, luego surgió lo del contrabajo de Fumero y así se fue dando. Para Diurna, una milonga que trabajamos mucho, nos dimos cuenta que para el vivo sonaba bien, pero para el disco, no; faltaba una percusión y ahí surgió la idea de convocar las palmas y el cajón de Roger Blavia. En el caso de la zamba, a El Negro se le ocurrió incorporar una quena, había tocado con Cumbo y lo invitó, así se fueron dando las cosas”.

En algunos temas, los límites del tango como género son delicados, lindan con el jazz, con el folklore, ¿cómo definirías a este último material?
“Los límites son delicados, si. Evidentemente hay una zamba, sin embargo, yo creo que es un disco de tango, que el lenguaje está. Cuando llamo a Blavia, a Fumero o Raynald Colom no estoy buscando que ellos hagan tango, estoy buscando darle un color distinto a una música que yo sí creo que es tango”.

Qué cosas has tenido en cuenta a la hora de componer la melodía de “Més que en crack”, el tango en homenaje a Lionel Messi cuya letra pertenece a Pablo Marchetti. ¿Te gusta el fútbol?
“Me llamaron de una revista, la Mediterránea y me propusieron que junto a Pablo compusiera un tema con ésta temática: la relación entre el FC Barcelona, la Argentina y el tango…. Pablo desde Argentina, aceptó el desafío y yo, ni bien tuve la letra, compuse la melodía de inmediato. ¿Qué si soy futbolero? Muy futbolero, un adicto al fútbol. Pero lo mejor fue cuando una vez terminado el tema, se filtró no sé cómo y llegó a Argentina. Alguien lo editó y lo colgó en youtube. Cuando vi el vídeo, me emocioné, no por la música en sí, sino por el encastre entre una cosa y otra”.

Los temas 1, 6 y 7 forman parte de la sonorización que has hecho de un libro titulado “Fueye”, ¿cómo es sonorizar un libro?
“Es una buena pregunta, yo también me la hice cuando me lo propuso Jorge González, el dibujante. Me pareció interesante, de hecho me gustaba las cosas suyas que recibía en PDF, pero el desafío era grande: era un libro, no una peli. Cuando se sonoriza una peli, hay que tener en cuenta muchas cosas, entre ellas la métrica, la duración, una escena dura “x” cantidad de tiempo, tiene un principio y un fin. Lo único que se me ocurrió fue leer el cómic y quedarme no sólo con lo que a mí me impresionaba, sino con las situaciones decisivas de las diferentes épocas y personajes con los que yo principalmente me encariñé y me parecieron importantes, por eso decidí musicalizar esa sensación. Traición y redada, ese tema por ejemplo, me parece vital dentro del libro. El comic se sitúa en la Buenos Aires de principios del siglo pasado, con los inmigrantes y hay un bandoneón que es como el leit motiv dentro del cómic. Finalmente, se introduce el dibujante como personaje real y termina contando su historia como inmigrante aquí en España. El disco se compone de unos seis tracks. Comienza con un tema titulado Barco, que así fue como llegaron los inmigrantes a Argentina y termina con uno titulado Avión, que así es como llegan los inmigrantes a España. Fue una experiencia increíble”.

El tango, el fado, la música rebétika y el flamenco, tienen un denominador: ser la música de los barrios humildes, del dolor y la frustración. Pero el tango a diferencia del Fado, se baila. Cuando compones piensas en esa particularidad?
“No. En el momento en que uno está componiendo te puedes predisponer a hacer una cosa u otra, pero generalmente, sale lo que sale. Puedes declinarlo hacia un lado u otro, pero qué es bailable también es discutible, ¿no?”.

¿Quienes son tus referentes musicales?
“Los referentes y las influencias son los de hoy, no tiene que ver con el pasado. La gente que realmente me influencia, es la gente con la que estoy tocando, ésa es la influencia real. Si toco con Raynald, él es mi referencia en la práctica y de eso se aprende. Mucha gente nombraría a Miles Davis como referente, pero ahí no hay interacción, solo admiración y eso es distinto”.

¿Cuándo fue que te volcaste al tango?
“Recuerdo que mi padre en casa escuchaba la radio y sonaban tangos, pero un día, cuando yo tenía ocho años, me llevó a ver la “Orquesta de Tango de Buenos Aires” y me volví loco. Fue la primera experiencia en vivo con el tango, era una orquesta grande, había cuatro bandoneones, me enloqueció. Respecto al gesto de poner un cd de tango, creo que fue a los 16 más o menos”.

El tango fue mutando: la Guardia Vieja, la Época Dorada, Piazzolla, y ahora a partir de Gotan Proyect, la fusión con la electrónica, ¿cómo vives éste período?
“Estoy lejos. En lo personal, lo vivo como un tipo escucha y como trabajador, yo he tocado con Gotan, y me parece fantástico. Toda persona que quiere hacer música y la hace, es válida. Me puede gustar una cosa y otra no, pero para mí el “tango electrónico” es música electrónica donde se introduce el lenguaje y colores del tango. Yo no creo que haya un tango electrónico, si una música electrónica con ingredientes del tango. Salvo lo que hizo Astor Piazzolla en los 80’…él sí tuvo una formación electrónica que se llamó el Octeto Electrónico. “Electrónico” se llamaba en aquel momento a todo lo que se enchufara. La electrónica de hoy en día fue avanzando y ahora se hace todo con un ordenador, y aunque Piazzolla haya dicho que “eso” fue lo peor que hizo en su vida, yo creo que hizo algunas cosas que están buenísimas”.

¿A qué huele un bandoneón?
“Hubo épocas en que las buscaba un buen bandoneón y realmente es sorprendente los olores que pueden salir de ahí dentro. Son instrumentos muy viejos, que quizás llevan más de 50 años sin que nadie los toque, porque pertenecían a un abuelo o un bisabuelo y eso del olor está bueno, porque muchas veces tuve que probarlos y ¡uffff! sale un olor a humedad. También huele a cartón, quizás sea porque el “fueye” es lo que más cerca tengo, pero es difícil explicarlo”.

Publicado en Ritmos del Mundo, Barcelona, 2010.