Lusiardo Tango Club Notas

VEINTE SEGUNDOS DE LOCURA MILONGUERA

Cuanta felicidad me dan las publicaciones de editorial “El Croto“!. Que seria de nosotros sin sus esperpenticos intentos por hacer llegar a la mayor cantidad de gente posible los afanes literarios de los tíos, primos, sobrinos y amigos del dudoso editor y poetastro Dalmacio Ganci cuyo verdadero nombre se sospecha pero se mantiene en la sombra por miedo a una prolongada internación ambulatoria!

Así, con la enjundia y el tesón de esta esforzada editorial he llegado a llenar un estante entero de libros que son una fuente de insospechada diversión en tardes sabatinas o en días aburridos de milongas suspendidas. Viva “El Croto” y largas carcajadas a nosotros. Gustosamente pago por ver su adictiva bazofia. Tengo alertas permanentes en el ordenador para que no se me escape ninguna de sus diabólicas creaciones. Y así, enganchado como un adicto vi – confieso que babeaba mientras lo pedía – el nuevo emprendimiento, otro hijo retorcido y jorobado que nos arrojan directamente desde las cimas del Monte Olimpo a cabeza descubierta: VEINTE SEGUNDOS DE LOCURA MILONGUERA , de un tal Patroclo Cantelmi. Paso a relatar a continuación esta maravilla del intelecto apagado.

VEINTE SEGUNDOS DE LOCURA MILONGUERA es un libro de micro relatos. Tan micro que cada una de las historias que componen el volumen de 483 páginas puede ser leído en menos de los veinte segundos del titulo. Un material perfecto para la selecta degustacion en los baños de la milonga y en las antesalas de la pista, mientras retiran borrachos de eventos anteriores o se acondiciona la sala después de la clase. En un prologo firmado por Bulber Kravinski – Otro de los seudónimos que suele utilizar Ganci, que aparte de mal poeta debe ser un tacaño – se nos informa que aunque las historias que componen el volumen pueden ser leídas en quince segundos dejan cinco “Para el entendimiento, la reflexión, el regocijo de aquellos lectores que tardan dos minutos para pasar de una página a otra provocando el odio de aquellos aventajados ojeadores de transporte público, que presumen de listos pero no han traído libro o simplemente para dejar un respetuoso margen de cabeceo cuando termina la cortina.” Que el prologo mismo se explaye en 10 páginas de reiteraciones, justificaciones y tautologías es un claro indicio de lo que nos espera: una colección de empastes mentales regurgitados por un cerebro cariado y que puede servir para aquellos seres aquejados de trastorno obsesivo-compulsivo que se apresuraran a medir cronometro en mano la extensión media de las cortinas den una milonga y las “historias” como pretensiosamente llama Cantelmi a sus fantasía embolsadas en bolsas de pizza. La locura milonguera, que podría haber sido extraído de historias reales acaso más locas, se diluye en un ejercicio de ingenio sin originalidad.

Pero juzguen ustedes mismos. He seleccionado tres historias al azar, todas malas, malas. Sé que los responsables legales de “El Croto” no pueden hacerme juicio por tener que responder a muchas demandas anteriores que van desde Daños y prejuicios, dolo, trafico de influencias, malversacion de fondos públicos, asociación ilícita, plagio y estafa.

” LOS VISITANTES, LOS FANTASMAS Y LA MILONGA DEMASIADO ANCHA.

En algún lado hay una milonga tan ancha que los visitantes desaparecen en los lados. Las muchachas con las que bailan sienten el estremecimiento de una marca mal dada y luego terminan la tanda arrastradas por espíritus o sombras hechas de humo.

Son curiosos fantasmas milongueros que jadean y parecen estar en complicidad con los rufianes roba carteras que acechan en las sombras. ”

“UN OBSESO

Venia el primero a desgastar los zapatos. Se decía que bailaba todas las tandas porque un adivino le había dicho que moriría si paraba. Otros afirmaban que obedecía a una corte de hadas que le obligaban a danzar. Y otros que estaba gordo y que necesitaba hacer ejercicio. En su corto y fatal paso por la milonga vivió toda una vida. Igual que Masimo Penini, que bailaba solo dos por noche, obsesionado por alargar su existencia sin ninguna gracia.”

UN ROMANCE DE MILONGA

Acomodaba las piernas en imaginarios adornos. Respiraba a compás. Nos miramos. Nos sonreímos. Sentí el en aire un sutil perfume. La noche juntaba en su paño terciopelo mi corazón rubí y su gracia esmeralda. Puse tanta alma en el cabeceo que tuve un dolor tremendo en la base del cuello. Uno de esos paseantes sin paz se llevo mis esfuerzos. Otro cabeceador cercano la abrazo en “Una vez”.

Se fueron juntos.

El cuello me dolía menos que la soledad mientras volvía por las calles vacías, comiendo una empanada.

Concisos. Ajustados. Perfectos en su decadencia. La preocupación principal de Cantelmi, como se ve es la de llenar las páginas con estos esbozos sin poética y que no inquietaran ni agregaran casi nada al “vasto e incomunicado” – Borges dixit – mundo de las letras. Hacia la página 200 las historias se abren hacia otras historias posteriores en un juego de rompecabezas febril y Milyunanochesco que no llega a cerrarse acaso porque el mismo Cantelmi se olvido de su mismo artificio y los correctores estilísticos de “El Croto” estaban distraidos en la degustacion imaginaria de canapés y bebidas que son tan habituales en las presentaciones de libros donde la farándula literaria y los muertos de hambre se juntan en tropel.

Hacia la pagina 267 el dudoso autor prescinde de las normas que con tanta rigurosidad se ha impuesto y apelando a un recurso tan descabellado que hasta a Reverte Horrorizaria se larga sin más a escribir una historia larga que desgaja en 24 historias: LA NOVELA DEL DES ACOMPASADO INQUIETO 1, 2… Y así hasta completar 24 episodios en los que un milonguero se refocila en la ronda con un aburrido monologo interior simulando ser Leopold Bloom, el protagonista del Ulises de Joyce, mientras suena “El tango es el tango” y los demás participantes de la ronda lo volean y ganchean sin piedad.

Desde la página 400 en adelante las micro historias se transforman en recetas del tipo: “Mezclese un cuarto de pavote, con una camisa, voluntad y ganas. Agitese con muchas y variadas malas clases y se tendrá como resultado un futuro falso profesor .” Sentencias que parecen apropiadas para poner en las redes sociales en fondo de colores. Y que luego se transforman en seudo recetas de cocina tan ridículas como montadito de Ceviche de Panga gratinado con Veloute, Empanadas de croqueta o pizza de ciruela y Tofu.

Uno podría pensar – hilando muy fino – que las historia está oculta en los sucesos que se pueden desencadenar en las milongas que amparen estas recetas en sus barras.

Pero lo más probable conociendo a los responsables del “Croto” es que el tal Cantelmi sencillamente se quedó sin ideas y apeló a una bazofia anterior o fue requerido por los servicios sanitarios y dejando inconclusa su “Obra maestra” la responsabilidad decayó en algunos ebrios asistentes de segunda fila a la kermese literario-milonguera que con cada estreno montan los responsables de la editorial.

Al igual que el arte de Tapa y el titulo, que parece adaptado del Libro precedente de Felipe LLovregat “En las milongas de la locura”.

En todo caso y si van a comprar como un regalo gracioso el libro no intenten bajo ningún concepto hacer las recetas.

Se arriesgan a ser detenidos por terrorismo alimentario.

patroclo